Argentina es oficialmente el país inventor del no-me-acuerdo


Nota: Escribí los primeros párrafos para www.minutouno.com,

pero a partir del cuarto empecé a agregar todo lo que sentí que

no tiene cabida en el diario por no ser de carácter informativo.






Los argentinos nos reconocemos como gente con poca memoria, ya sea colectiva o individual. Pero científicos de la Universidad de Buenos Aires llegaron a un extremo al descubrir que, mediante la supresión de una proteína del cerebro, se pueden "borrar" los recuerdos, es decir, que se podría alterar la memoria. Por ahora, la experiencia sólo se ha realizado en animales, más precisamente en ratas.


"Hallamos que la proteína NF-kB, participa tanto en el proceso de consolidación como en el de reconsolidación de la memoria", explica el doctor Arturo Romano, del Laboratorio de Neurobiología de la Memoria de la UBA al diario La Nación. El término reconsolidación se acuñó en 2000, cuando, polémica mediante, se concluyó que los recuerdos no eran ítems estables en el cerebro, sino que pueden "remodelarse" cada vez que se evoca un episodio de vida.


Mediante la supresión de la proteína NF-kB, se podría eliminar una fobia o un trauma que estuviera influyendo en la personalidad y por lo tanto en la vida de una persona. "Si se inyecta en el cerebro un inhibidor de este mecanismo, luego de que el recuerdo fue evocado, entonces se afecta la retención", explica Romano.

Cabe preguntarse hasta qué punto es recomendable manipular la capacidad de una persona para recordar. Si se pueden manipular los recuerdos que resultan nocivos para una persona, ¿qué impide, o qué controla, que no se borren también los positivos, o incluso aquellos que generaron el carácter que tiene el individuo? Y lo que es más importante, ¿quién tendrá el acceso a este tratamiento "terapeutico" y cómo se decidirá cuando es necesario?

A nivel social se podría decir que este bendito país ya cultiva el estilo "reconsolidativo". Nos olvidamos de las cortadas de manga y los malos tragos que nos hacen pasar las personas que luego votamos para nuestro gobierno. Nos olvidamos de los amigos si nos va bien, y de pagar los impuestos y las deudas a menos de que "no aprieten". Nos olvidamos incluso de los que tienen menos hasta que, claro, están "por todos lados protestando" y resultan incómodos para el tránsito habitualde la ciudad.

La vida de una persona está llena de momentos felices y recuerdos entrañables y también de desgracias y momentos duros. Todas las vivencias de una persona hacen que sea única e irrepetible. Se aprende y se crece con lo que podemos recordar. A veces, los recuerdos son lo único que tenemos, por más desagradables que puedan ser. Suprimirlos sería liberador, sí, pero pagando el precio de perder una experiencia que podría servir para hacernos más fuertes.

Ok, acá es cuando saltan los que dicen "¿Y si tu padre te encerrara en un sótano y te violara durante 24 años y te hiciera tener siete hijos con él?" Casos extremos hay siempre. Pero la extrema solución de "suprimir o borrar" un ítem de la memoria de alguien como si fuera un ".pdf" que ya no interesa guardar en el disco rígido es como si estuviéramos queriendo ser computadoras reprogramables, o reconsolidables. Quizás como mi infancia transcurrió sobre la superficie terrestre y al aire libre no lo entienda, pero me gusta ser un CD no Regrabable.

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