La palabra justa (es lo de menos)

¿Ya conté mi experiencia del jueves pasado en el Día 1 del Pepsi Music? Fue la fecha en que tocaron Gossip (una banda que no conocía y me gustó) y Garbage. Kasabian estaba pautado para el mismo show, pero guitarrista se enfermó y cancelaron. Mejor, más de Shirley Manson para todos.

Con el tiempo le fui perdiendo el gusto a las reseñas de shows. A hacerlas y a leerlas. No me refiero a las crónicas que incluyen anécdotas, buena data y un cierto aire a backstage, a relato legendario. Es sólo que me dejaron de interesar los racontos de shows con exceso de adjetivos y un endiosamiento digno de delirio post recital que deja al cronista como un groupie encandilado que lucha por transmitir su euforia con palabras.

Oh, sí, conozco ese sentimiento.

Por eso, debo confesar que iba a titular este post "Shirley es una perra y la amamos", pero creo que no tiene mucho sentido, porque tendría que explicar en qué modo la cantante de Garbage personifica la actitud de "ustedes están para servirme" que toda buena dominatrix debe tener. Como cuando confesó que desde hace años soñaba escuchar el "olé olé olé" del público argentino.

Dicho sea de paso, adoré a la pulposa cantante de Gossip con sus alaridos, su whisky y su vestido ceñido de cuerina negra. ¿Quién sabe? Quizás la próxima vez que estén en Buenos Aires sea capaz de verlos de nuevo y pueda comparar sus shows para tener una crítica y no sólo el fervor del converso. Con Jane's Adiction me pasó eso. Y no me pregunten por U2, porque soy capaz de desarrollar una tesis sobre cómo la parafernalia de marketing humanitario de Bono mató la creatividad que solían tener.

A todo esto, un show del carajo el de Garbage, ¿eh? Por suerte no llovió esa noche porque sino hubiese sido un desastre con el temporal en la Costanera Sur. Pero no. Re lindo todo...

Experimento nutricional

El lector de este texto puede reírse (nada me complacería más) de mi descubrimiento del día, que no es otro que las galletitas de harina integral. Pero ricas. Ok, el paquete decía que traía pasas de uva y no encontré más que una, pero de todos modos me pareció un hallazgo.

Tenga en cuenta el lector que toda la vida asocié los conceptos "naturista" "light" "cartón" e "incomible" como caras de un mismo conglomerado de telgopor seco y necesitado de litros de chocolatada para pasar por el conducto digestivo.

Para colmo, un dermatólogo me explicó hace años que mi piel no resiste a la harina integral, las vitaminas B 6, 12, o B 4800, y que tampoco se banca el magnesio. Así se fueron de mi plato los boios naturistas, los yogures fortificados y el dulce de leche. Sólo extraño esto último, así que lo como igual.

Pero volviendo al tema del bocadillo integral, paso a analizar:

Nivel de Terrocidad (o cómo se siente en la lengua cuando se deshace): 90%, no llega al nivel de tostada de arroz.
Cantidad de "delicatessen" (llámese a las famosas pasas de uva): 0,5% O sea.... UNA pasa nada más. Indignante.
Ingredientes poco confiables (que uno prefiere que no estén, como las grasas transgénicas): 0%, pero es en teoría. No sabría decirlo.
Gluten/TACC: Tiene. Así como también jarabe de maíz, que calculo que es como si tuviese azúcar. Al menos no tiene sal. Pero a mí me encanta la sal...

El todo por 179 calorías cada 50 gramos. Exacto, señoras y señores, poco tiene de sano si tiene gluten y encima engorda. Y ni siquiera tiene sal. Ni pasas de uva. ¿Ven por qué prefiero a las honestas, adictivas y nocivas papas fritas?

Una ola inminente

Estoy temblando. No de frío ni por sueño o falta de comida, sino de nervios. Tiemblo por la ansiedad que provoca ver cómo se levanta la ola sobre la rompiente. Dicho sin tanta pompa, estoy inquieta porque veo que se arma frente el final inminente de una historia, que podría ser una salvajada de palabras, un ataque verbal o nada más la irrupción de un mensaje escueto, compacto y sincero.

A veces los comentarios más ligeros y casuales se convierten en esa astilla diminuta que te jode el dedo, te lo hincha y provoca dolor. Qué se yo, pasa. La otra persona cree que está llenando el vacío con su voz sólo para matar el tiempo y el silencio, y en vez le sale decir lo que realmente piensa. Y uno se queda pensando en eso como si fuera una verdad metafísica en vez de un comentario al pasar.

La cosa es que toda esta situación me tiene ansiosa. Cuando uno ve que la ola le va a romper en la cabeza hay una milésima de segundo en que piensa en zambullirse y esquivarla, y otra en la que imagina cuánto le irá a doler el golpe del agua en la cabeza. Bueno, por lo menos a mí me pasa así (de más está decir que en el mar parezco una morsa bruta más que un ágil delfín).

¿Se acuerdan de "La historia del periodista y su bella dama"? Parece que se pudrió todo. Hace casi un mes empezaron los mensajes cifrados en una sección de la revista Paparazzi donde se hablaba de un periodista que buscaba recuperar el beneplácito de una "preciosa chica". Con el correr de las semanas se supo que hubo una pelea, que él está arrepentido y que considera que es tiempo de hacer las paces.

No hay "tontos"en esta Tierra, salvo los que evitan sentir algo
Pero parece que la señorita en cuestión necesita su tiempo y espacio para volver a sonreír al periodista. Y también parece que él no es un dechado de paciencia y encantos. Al menos esa es mi conjetura porque, para ser honesta, me encariñé con este culebrón de redacción tan servido en las páginas de la revista que llega todos los viernes al trabajo.

Como si fuera la recta final de una novela de la tarde en pleno enero, yo sigo las publicaciones de la revista sobre el periodista y su bella dama. Claro que en la última entrega el mensaje es más escueto y yo di por sentado que se trata de los mismos personajes de siempre. Si no son ellos, ¿sobre quién estallará la ola?


Una amiga, una pelea y un mensaje desesperado

Atención, seguidores y entusiastas de "La historia de amor del periodista y su bella dama", ¡el misterio empieza a develarse! Por tercera semana consecutiva salió en la revista Paparazzi un mensaje cifrado de un periodista que le pide perdón y clemencia a una mujer, quien, según podemos inferir, tuvo una buena razón para enojarse con él.

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¿Se llega a leer? Parece, señores, que no estamos ante una carta de amor desesperada sino del sentido pedido de disculpas de parte de un hombre a quien parece ser una mujer "linda", "preciosa", etc., como la llamó él en sus primeros mensajes. Esta suerte de novela por micro entregas que la revista chimentera nos viene regalando desde hace al menos tres semanas.

Todo comenzó con un tímido Periodista (así se identificó) que parecía cortejar a una "chica preciosa", pero parece que ahora cambiaron las cosas. ¿Será el mismo hombre, o sacaron turno en la redacción de la publicación para dedicarles mensajes cifrados a la platea femenina? Quién sabe, quizás resulte un ejercicio efectivo a la hora de mejorar la convivencia laboral (?)