Las reglas del adiós

Me niego a ser de las personas que reniegan de su pasado.

Pero, vamos a decirlo, hay reglas para el pasado, por ejemplo, que se queda atrás. Que no aparece en el presente vivo y resucitado como Lázaro en su velorio.

Llamémosle "las reglas del adiós". Original, ¿no? Lo saqué de una canción de Dido, porque fui adolescente en a principios de 2000.

Las reglas del adiós, antes de que me cuelgue por las ramas escuchando a mi querida Dido, deberían ser una suerte de código, de etiqueta, de qué hacer después de terminar una relación de cualquier naturaleza.

La relación se terminó. Si fue mala o buena, no tiene sentido plantearlo. Así que adiós a las armas, y al código roto que sólo desperdigó esquirlas por todas partes.

No hubo un sólo rincón de mi vida que no haya tenido que dar vuelta para limpiar el desastre que provoqué. Del que dejé en otras casas ya no me puedo hacer cargo.

Yo no lo sabía antes, pero estas cosas prescriben. Sobre todo cuando dejan de importar.

Pero hasta que llega el bendito momento de ver a Lázaro despierto como si nada le hubiese pasado, por favor, a no olvidar las reglas del adiós.




Amigos (son los amigos)

A cierta edad los amigos empiezan a hablar por uno. Sin opinar una palabra, sólo con estar, la "familia que uno elige" pasa a ser la definición de quién se es, nada más que por asociación.

De todas las faltas que uno podría cometer, la más difícil de reparar es pasarse años -hasta décadas- cerca de personas que son falsas, que usan el tiempo de uno o que no hacen el más mínimo esfuerzo por mantener una relación.

Y qué decir de los amigos "de avería", los fantasmas que no están (pero dicen estar), los que inocentemente hablan de más (porque esos son los inconvenientes de tener una lengua de 10 metros de largo), o los que son malintencionados con todo el mundo, "menos con vos, que sos mi amiga".

A cierta edad, los amigos de uno empiezan a hablar por uno. Si mantenés cierto tipo de personas cerca tuyo, que no te extrañe que otro tipo de gente prefiera mantenerse lejos.

A cierta edad, la experiencia indica que hayas aprendido a calar a la gente antes de que lleguen a morderte el rabo. Así que no hay inocencia que te valga, si después de todos estos años seguís eligiendo a tal o cual personaje es porque algo tenés en común, porque no te molestan sus faltas ni sus excesos.

Porque los compartís.

For the life of me (las furias)

For the life of me, I wouldn't know where to begin...

I like drinking, I need no excuses for it. I smoke from time to time, anything will do as long as it comes with a hose and a bottle. Old rock and roll appeals to me, but only once in a while. The queen shall repair anything the stones have broken. With a soft layer of kashmir. I do not need to apologize for the things that I like because they have brought me as far as I am now. You need to build a strong pair of wings if you are going to burn a few bridges down.

Come on in, we have a freak show tonight, creeping underneath my skin, of course, but what about you? Are you feeling it already?

If you ever find yourself in the staggering situation of facing a rivalyou must always remember no one can touch whoever you are until you let them. Will you let them?

I am orchestrating a storm. It will be grand, I promise. It will be worth the wait, and it will come for you, too.

Oh, las furias.