¿Alguna vez notaron como...

...siempre que alguien pregunta 'cómo estás' uno siempre contesta 'bien'?


Piensen la siguiente secuencia:

- Hola, Juan, ¿cómo estás?
- Hola, bien. ¿Vos?
- Bien. ¿Cómo te fue en la reunión de trabajo?
- Me despidieron.
- Uy, ¿y tu mujer qué dijo?
- Nada. Me dejó.
- ¡No! Quedaron solo el perro y vos...
- No, Toto se me murió.

***

Claramente, el infeliz de "Juan" NO está bien. Primero contesta que lo está, y después detalla exactamente cómo no lo está. Se podría decir que llega a mentir a causa de un esquema preestablecido y socialmente aceptado de cómo debería iniciarse una conversación.

Probablemente llamaría la atención, y hasta alarmaría, el acercarse a alguien para preguntar un simple "¿Cómo andás?" y que la respuesta sea un escueto "Mal". No es la respuesta esperada, aunque a veces corran las lágrimas por los ojos del "Juan" de turno.

Por ejemplo, en los velatorios no es raro escuchar la estrambótica pregunta "¿Cómo te sentís?", a la que sinceramente contestaría "¿Cómo crees que me voy a sentir, sabiendo que mi abuela es carne para gusanos?" A veces me parece que algunas convenciones sociales no pegan...

Todos los días hay nuevos desafíos que ponen a prueba nuestra buena fe, y nuestro sentido del humor. A veces, terminamos de mal humor y de la cabeza nos sale humo. Entonces, si alguien de buena voluntad pregunta "¿Cómo estás?", es casi un pedido desesperado para que le pateen la cabeza en vez de contestar un "bien" estandarizado.

¿No sería mucho más fácil que la gente no se espantara frente a un honesto "estoy triste, mal o cansado"? Puede que no sea tan agradable como un "bien", y que de pie a una charla poco "de salón", pero al menos es honesto.

Quizás exagero, o desvarío por el sueño, pero la secuencia "Holacomoestás" / "Bienyvos" no me cierra del todo.

Manifiesto revisado de Esteban Cronos, el administrador del Tiempo

¿Es normal o esperable que, después de un tiempo, quieras reescribir tu propio texto? Estuve releyendo algo y quise hacerle cambios.

Con ustedes, Esteban Cronos (la parte revisada está en itálica)

En lo que dura un suspiro, las cosas pueden cambiar. Éso lo puedo decir con toda certeza. Un espíritu viejo puede habitar un cuerpo joven, y viceversa. Ésa es otra cosa que también puedo asegurar.

Cada día, cada nuevo amanecer viene envuelto en misterio y con una enorme carga de imposibles, y de posibles. Ahora que lo pienso, los años no enseñan nada: es el hombre quien aprende a través de los años. Traducir al lenguaje de los humanos lo que el Universo habla en su lengua madre desde hace una eternidad lleva toda una vida, quizás más.

No es raro que haya muchos que crean que ya lo entendieron todo, que ya han "vivido la vida" y se jacten de haber acumulado suficiente experiencia para escribir una enciclopedia o un manual para los considerados inexpertos.

Pero el tiempo es un arma de doble filo. El reloj de arena estrangulado al medio puede albergar la misma cantidad de arena en ambos extremos. Lo tengo en cuenta porque sé bien de lo que hablo. Todo el conocimiento que se logra descifrar a un idioma es obsoleto casi desde el mismo momento en que un ser humano se lo puede explicar a otro ser humano. Y a nadie le sirve la información obsoleta.

Para la generación de hombres que descubrió que algunas reglas y disposiciones sociales eran innecesarias, éste descubrimiento fue de suma importancia, pero para la generación siguiente fue una obviedad. Cuando un hombre comprende lo que él considera "los grandes misterios de la vida", se da cuenta de que se le fue mientras buscaba las respuestas a sus preguntas.

Mi nombre es Esteban Cronos. Soy el administrador del tiempo. He visto todas las eras y he encauzado todos los destinos. Sé lo que pasó, lo que pasa y lo que va a pasar. Yo no creé el universo, sino que dosifico su existencia. Alguien más se encargó de crearlo (yo también fui creado por ese Ser), y es otro quien se encarga de hacer y deshacer en la vida de los hombres.

Pero aunque a mí nadie me reza, todos me imploran. Si bien no pertenezco a nadie, todos tienen su propia manera de tomarme. Tampoco tengo voz, pero todos están atentos a mi veredicto. No camino, pero todos quieren ver lo que dejo a mi paso. No le puedo enseñar nada a nadie, sin embargo, todos aprenden conmigo.

No soy humano, pero tengo que confesar que ésta especie es la que más me atrae. Debe ser porque es la única que se ha dado cuenta de que existo.

Para ser honesto, mi relación con los hombres es por demás conflictiva. Esto se debe a que ellos no consiguen entender quién soy en realidad. Ellos creen que soy su "Señor", su juez; por alguna razón llegaron hasta a endiosarme alguna vez.

Si le preguntan a los hombres que son antiguos para los hombres, Cronos es mi nombre. Decidí usarlo porque me gustó, lo mismo que el nombre Esteban. Pero otros hombres me llamaron "tiempo", a secas, e idearon palabras para referirse a mí: tiempo, time, temps, las opciones no siempre son muy variadas.

Es halagador, en cierto modo, la forma en que inventaron mi figura. Me dieron una cara, un cuerpo, un nombre. Me dibujaron y esculpieron, la mayoría de las veces con las características de un hombre viejo: barba tupida y larga, ojos hundidos y la espalda encorbada, como si llevara algún peso sobre ella.

Yo nunca tuve nada de eso hasta que ellos lo crearon. Sí, debe ser por eso que me gustan los seres humanos. Aunque otras veces se contradicen a sí mismos. En algunas ocasiones se ponen en mis manos y confían todo su futuro en mí, y en otras se rehúsan a aceptar mis disposiciones porque dicen que soy tirano. Es cómico: ellos dicen que yo soy un misterio y yo digo lo mismo de ellos.

Lo que es seguro es que no soy un tirano, porque ése es el rey que se ha enviciado con su poder, y yo no tengo corona alguna. No soy juez ni redentor, simplemente existo.

WATT PASS?

Secuencia #1

Exterior. Día. Calle.

Esquina de Jean Jaurés y San Luis. Un HOMBRE de unos 25 años, vestido con pantalón largos y campera. Pelo corto, castaño. Trae sus llaves y un papelito en las manos; las llaves caen al piso. El hombre se agacha al tiempo que suelta el papelito y recoge sus llaves. Una MUJER ve la caer el papelito al piso, lo señala y dice: "Se te cayó esto". El hombre la mira, sonriente, y responde: "No, está bien, eso no sirve". Da media vuelta y cruza por la calle Jean Jaurés. Deja atrás su papelito en las baldosas y a una mujer anonadada.

***

Secuencia #2

Interior. Día. Casa.

Cuatro mujeres sentadas a la mesa, en una cocina. Tres son morochas y una es rubia. Tres tienen alrededor de 25 a 30 años y una ronda los 60. Hablan entre ellas. Están vestidas con pijamas, toman café con leche. Una MUJER se levanta y anuncia: "Voy a cambiarme". Se dirige al baño de la casa y 15 minutos más tarde reaparece en la cocina, vestida con jeans, remera verde y un sweater bordó. Se despide del resto de las mujeres, que ya se levantaron de la mesa y están poniendo orden. Dice: "Gracias por todo. Me voy ya". Después de que se va la mujer, una de las mujeres se dirige al mismo baño, donde encuentra los cabellos rubios de la invitada en el lavatorio.

***

¿Digo yo, a la gente le costará mucho ser un poquitito más civilizada?

El juego que vino de la URSS para idiotizar al mundo (y nos encanta)

Esto saldra antes del leer mas

Esto saldra en la pagina al pulsar leer mas

De la mano de la firma japonesa Nintendo, que quería lanzar al mercado mundial un dispositivo personal para juegos llamado “Game boy”, Pajitnov comercializó por primera vez su invento, que llegó a tener 75 plataformas diferentes, aunque sólo 59 están disponibles.

En los primeros días se podía jugar con la ayuda de las flechas de direcciones del teclado y el usuario se podía pasar horas acomodando bloquecitos en una estrecha pantalla negra, con una música de fondo y cada vez más rápido.

Hoy en cambio existen versiones en tres dimensiones, a color e incluso con diferentes gráficos, como para innovar un poco. Con soldaditos, con bloquecitos, con pelotas, con lo que sea.

Aún así, la gracia del juego sigue siendo la misma y el apremio de los aficionados por ubicar las piecitas también. Incluso Pajitnov y su socio, Henk Rogers, que hizo la conexión con Nintendo, están pensando en organizar un campeonato internacional de Tetris para el 2011.

¿Quién se anota?

Mientras tanto, a divertirse con las locas versiones del popular juego:
Diablo Tetris (El Tetris de la Edad Media)
Pootris (El Tetris escatológico)
Tetris de campaña (Con soldaditos polacos)
Tetris original (Versión de 1989)
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Jason Mraz - I'm yours

To win some or learn some - our name is our virtue - it's our God forsaken right to be loved, loved, loved...



¡No quiero tener un Facebook!

Fotolog, Blog, ICQ, Msn, IRC, Facebook, Twitter, Sonico, Hi5, Orkut, My Space, You Tube, Second Life, Small World....................


...y la lista sigue sin parar. Lo único que yo digo es: todos están ahí, disponibles para integrarme a la maravillosa comunidad virtual mundial, pero... ¿Y si no tengo ganas de estar "integrada"?


Una compañera me comentó hace un tiempo que ella se había hartado de la red social Facebook. Más precisamente, del puterío que se forma alrededor de la dudosa privacidad que ofrece el formato del sitio (un "chusmerío virtual", como diría una amiga).



Como ella, otra amiga y otro compañero de trabajo cerraron sus cuentas en la comunidad virtual que empezó siendo estrictamente para universitarios y terminó por ser un caldo de cultivo para PNT.


Ellos no le vieron el punto a ventilar todos su agenda de contactos, familiar y sus datos a personas que no son verdaderos "amigos". Error #1 del sitio... bastardear la palabra "Amigo" impunemente.


Sin embargo, yo todavía no puedo desistir del todo de mi cuenta en FB. Y esto no es un descargo propiamente contra el sitio creado por el norteamericano Mark Zuckerberg y fagocitado por Gô.ôgle/Multivac.


Me gusta poder contactar nuevamente personas que no veía hace mucho tiempo, me parece muy práctica la función para compartir fotos... siempre y cuando los álbumes sean "privados" y las pruebas de la jarana del sábado no terminen a la vista de contactos laborales.


Lo que me lleva al siguiente punto de la cuestión: no sólo se bastardeó la palabra "amigo", y se creó un torrente incontrolable de chusmerío, sino que además las comunidades se abrieron a toda clase de contactos, desde compañeros de trabajo, jefes o profesores hasta personas que se conocen aleatoriamente.


A raíz de este fenómeno, tengo que cuidarme de qué foto subo, qué mensaje pongo en el muro de otro usuario o qué hace mi mascota virtual, Gordi Gordon (¿?)


Reconozco que todo esto es difícil de hacer si cada 5 segundos se acualiza mi "mini - feed" para decirme que Fulano eligió a Batistuta como su ídolo argentino en la liga italiana y que Mengana hizo 587 puntos en el Pirat vs. Ninjas y ya es más o menos la capitana del navío (sólo para entendidos... Facebook es sectario).


En el fondo, tengo que reconocer que mi relación con la tecnología, y más específicamente con los sistemas de comunicación "persona a persona" por Internet, es de amor - odio. Amo como une a la gente, pero odio que la acote, limite, o mutile toda posibilidad de interacción "en vivo y en directo".


Y estoy harta de Facebook y su chusmerío.

No malgastes a la gente

Las personas no son objetos que puedan usarse, tirarse, gastarse o cambiarse. Sin embargo, pueden mal gastarse su tiempo, sus sentimientos, su buena voluntad, su inteligencia o lo que tengan para dar -y decidan dar.


Puede ser un jefe no valora a sus empleados, o un hombre que no valora a la mujer que tiene al lado, o quizás una persona no logra ver el valor incalculable de la amistad honesta de quien la acompaña.


Cuando uno no hace mérito suficiente para estar a la altura de las circunstancias (¿lo habré escrito bien?) tiene dos opciones:


a) Se toma una pastilla de "Crecidol Concentrado +" y pone empeño en lo que quiere con la otra persona (los trabajos no se sostienen solos y las parejas, familias y amistades tampoco). De hecho, yo pienso que la gente no cambia: a lo sumo madura, crece.

Advertencia: al elegir ésta opción puede pasar que sea tarde y no sirva de nada... no importa, crecer no está de más y las metidas de pata de hoy son sabiduría para mañana.


b) Te jodés. Así de simple. Ajo y agua. Y de nuevo sirve la advertencia de la opción a).


Claro, las opciones son limitadas y para nada promisorias, pero al menos son realistas, que es mucho más de lo que se consigue en otros casos.


Voy a tomar éste párrafo para escribir sobre mí (para algo es mi Blog, ¿no?) Resulta que estoy aprendiendo a no malgastar a la gente. A no cagarme en sus expectativas, a no fallar en los compromisos, a decir sin más rodeos qué mierda quiero.


No espero lo mismo del resto. La vida es de a uno: Se puede unir a la de otro, pero nunca confundir. No sé qué hará el resto, pero yo estoy determinada a no dar más vueltas y a decir qué quiero, porque si me va a ir para atrás de cualquier manera, al menos así voy a hacer mi "descargo".


Después de todo, cada uno tiene derecho a hacer de su coolo un candelero.


No siento que me exponga de más si digo lo que pienso, y no me voy a morir "si sale mal". Al menos ésta vez voy a saber que dije lo que pensaba y no lo contrario. Matar las contradicciones es matarse un poquito, pero el alma tiene de bueno que se regenera (ésa es otra teoría, pero no la voy a explicar hoy porque voy a sonar como faquin' Osho).



A lo que voy con este post:


Malgastar a la gente es: detectar a una persona con la que se podría construir algo y sistemáticamente bochar todas las posibilidades. Por vagancia, por desencanto, por nervios o miedo, o simplemente por no dar el brazo a torcer (ah, éso es ser estúpido).


Lo peor que le puede pasar a una persona no es que le vaya mal, que lo echen del trabajo o que lo dejen... es que no se haya movido para conseguir lo que quería, o que no haya hecho nada para evitar que todo se cayera.


Kindess is timeless... love is so easy to give... / Anoche me reencontré con un CD que pensé que había perdido. Tiene una canción con los versos de recién: "La bondad es atemporal, el amor es muy fácil de dar".

Amar la vida y lo que uno hace con ella es más fácil si se lucha para darle la forma que se le quiere dar, con la gente, las cosas y los trabajos que se quieran, y en el lugar del mundo al que uno le pueda llamar hogar.


Eso es más o menos el concepto de no malgastar a la gente: si te dan una oportunidad, no la pierdas, boluda! Y si no salen las cosas como uno quiere... algo es algo, que no es lo mismo que nada, y no tiene por qué serlo todo.

AC*