¿Por qué "Había una vez" es tan importante?

Primero doy una vuelta por el local o puesto de libros. Miro con atención las tapas de los ejemplares, si tienen foto o no, y cuáles son sus títulos. Levanto el que me llama más la atención, lo abro y leo la primera frase.

Si siento la necesidad urgente de seguir leyendo, paso las hojas con un movimiento rápido, rozando con la yema del pulgar los bordes de las páginas. Algo tiene que hacerme parar para espiar el texto. Si así pasa, es probable que lo compre. Es evidente que no le exijo mucho a los libros, pero rara vez me decepcionó mi técnica.

Leer la contrata ayuda, lo admito. Pero la primera frase de un relato debe ser cautivante, de otro modo no voy a querer acariciar las páginas ni molestarme el leer la contratapa. Tiene que ser, por ejemplo:

Un edificio gris, achaparrado, de sólo treinta y cuatro plantas. Sobre la entrada principal se lee: 'Centro de Incubación y Condicionamiento de la Central de Londres', y, en un escudo, la divisa del Estado Mundial: 'Comunidad, Identidad, Estabilidad'".

En la primera oración de "Un mundo feliz", el británico Aldous Huxley le anticipa al lector una imagen que va a encontrar poco familiar, más si se considera que la obra fue publicada por primera vez en 1932, cuando nadie soñaba siquiera con los rascacielos de más de cien pisos, como los que existen hoy en Dubai.

Huxley, en cambio, se refiere a la torre como un "edificio achaparrado". En una frase armó un mundo diametralmente opuesto al de su época, y al actual gracias a ese "achaparrado", que implica la existencia de una mayor cantidad de torres como las de Dubai. Ni hablar de como sigue el párrafo.

Cuando Gregorio Samsa se despertó una mañana de su inquieto sueño, se encontró en la cama, convertido en un insecto gigante.

  No debería tener que agregar mucho más a la frase con la que el escritor checo Franz Kafka comenzó su relato de "La metamorfosis". Un hombre se despertó convertido en un insecto gigante. Hasta el menos curioso de los lectores seguiría leyendo, aunque sintiera asco o repulsión, para saber cómo pasó y por qué.


Dicho en criollo, es la historia de un tipo que se convirtió en un bicho, lo que de por sí da morbo. Si no fuera una joya del género de relato fantástico, al menos sería un cuento muy pintoresco.

A la mitad del viaje de nuestra vida me encontré en una selva oscura, por haberme apartado del camino recto.

Las aclaraciones son necesarias desde el primer renglón de "La divina comedia", de Dante Alighieri. Mi edición de esta obra medieval me indica que por "selva oscura" se refiere al concepto de la época del "bosque de los pecados", en otras palabras, de la oveja extraviada.

Pero aparte de las notas al pie, el reconocimiento en primera persona del camino perdido, el mea culpa de un hombre que se declara a mitad camino en la vida, atrapan al lector por el tono de íntima confesión: "Yo he pecado". Y ahí mismo, en el primer párrafo, da cuenta de lo bueno que encontró, y de lo malo que salió a su encuentro.


Nunca me había pasado de andar sin un peso en el bolsillo. No podía comprar nada y no me quedaba nada por vender.

Antes de que algún purista haga el comentario, quiero señalar que no sólo los libros citados no están en orden cronológico, sino que no guardan jerarquía alguna. Hecha la aclaración, esta frase de Osvaldo Soriano hizo que quisiera leer un libro suyo por primera vez, el primero de varios.

El comienzo de "Una sombra ya pronto serás" es patético. El narrador es un personaje que está acabado, lo que se dice "en la lona". A partir de una frase así, uno diría que la historia sólo puede mejorar. Lo más atrapante del libro es que no es así. Uno sigue leyendo para ver si la suerte del tipo cambia, porque sólo en la primera oración, el autor fue lapidario con su propio intento (fallido) de héroe.

Nadie lo vio desembarcar en la unánime noche; nadie vio la canoa de bambú sumiéndose en el fango sagrado, pero a los pocos días nadie ignoraba que el hombre taciturno venía del Sur, y que su patria era una de las infinitas aldeas que están aguas arriba, en el flanco violento de la montaña, donde el idioma zend no está contaminado de griego y donde es infrecuente la lepra.

Pocas cosas son tan interesantes como analizar sintácticamente una oración de Jorge Luis Borges, como ésta, que ni siquiera es un párrafo entero. Se trata del primer pantallazo que el autor le da a su lector sobre "Las ruinas circulares", y acerca del protagonista.

Es una frase eterna, con miles de términos dentro de otros. Con una musicalidad y un ritmo que hacen que uno quiera leerlo en voz alta. Esto último es una recomendación personal. Leerlo en voz alta. Una verdadera obra de ingeniería lingüística.

En el principio, creó Dios los cielos y la tierra. La tierra era caos y confusión y oscuridad por encima del abismo, y un viento de Dios aleteaba por encima de las aguas.

¿Quién no querría conocer el origen del mundo?

Por qué si, porque sí

El porqué es porque cuando uno pregunta por qué pasa algo, tiene que saber que el motivo por que pasa eso y no otra cosa. <--- Me divertí armando esta frase... A ver, sabios, ¿está bien armada? ¿Están representados todos los usos de las palabras "por" y "que"?

Siempre me divirtió mucho es estudio de la lengua y de la literatura, aunque no lo suficiente como para contrarrestar mi inercia. Eso sí, me entretienen la etimología y, de a ratos, la gramática y estas cosas curiosas que tiene el uso del lenguaje. En mi defensa, no es el entusiasmo del oficio incipiente ni ser una sabelotodo. Es más bien una tónica familiar.

De hecho, con Mamá Chan y mis hermanas podemos tener conversaciones muy variadas basadas sólo sobre un término, su gramática o su uso. Con el tiempo comprobé que esta rareza se extiende a otras ramas de mi familia. Disfrutamos de charlar sobre palabras, aunque a veces una sea la que tiene que callarse y aprender. Es interesante.

Memory Hotel

Volví a casa pensando en Gimme Shelter. En realidad, no.

Esa canción de los Rolling Stones no fue la primera que saltó a mi cabeza. Empecé a canturrear "Tin soldier", de Joni Mitchel, pero al no encontrar su CD en casa (porque tengo la mala costumbre de intercambiar las cajas y hacer ensaladas con los discos), decidí poner un album en vivo que compré hace algunos años.

Cuando compré "No security" pensé que había sido una adquisición poco inteligente. Después dejé que pasar el tiempo y escuché bien cada canción. Es excelente. Y me quedé escuchando, y cantando, "Gimme shelter", Memory Hotel, o Corinna, junto al genial Taj Mahal. Pero fue el track 5 el que me quedó pregnado en las neuronas




"Sos sólo el recuerdo de un amor que solía tener", le dice Jagger vaya uno a sabe a quién. Ahora hago anillos de humo de jazmín en mi narguila y pienso que ya no me importa nada de lo que pasó, que estoy lista para pasar a otro track, y que todo sería más fácil si no me encontrara siempre con el mismo disco rayado.

Já, ahora que lo pienso, es culpa mía por no comprarme otro CD, por ser de esos fanáticos que ponen una y otra vez la misma canción hasta que se asquean y la tienen que archivar por un rato bien largo. Like a thief in the night, gonna get what's mine. Esta parece ser una de esas noches donde salgo a conseguir lo que necesito, y no lo que quiero.

Now I'm out of control. Parece que las cosas que digo, las que pienso y las que siento nunca van a coincidir. La posta es que lo que hago sí responde a lo que me pasa. Con el tiempo aprenderé a no ser tan transparente. Me convertiré de a poco en esa clase de persona que calcula y mide antes de actuar. No estoy deseosa de ser así, es un accidente en la vida.

Mientras tanto, por el tiempo que siga siendo como soy, ésto es lo que va a pasar: seguiré visitando los cuartos llenos de recuerdos en un hotel deteriorado que se cae a pedazos. Voy a caminar por pasillos mal iluminados y a espiar por las cerraduras de cuartos mugrientos, y pretenderé que soy serena de mi propio hotel de memorias.

Voy a acordarme de cuando te quería, voy a vomitar rabia cuando te deteste y a patear puertas cuando quiera entrar. Dame refugio.

¿Por qué no se curten ustedes también?

Jamás entendí por qué a algunas personas les gusta hacer enojar a otras. Aún con lo cabrona que soy, no disfruto de enojarme por el gusto de pelear de mala fe, así que poco aprecio a la gente que me busca para ir al choque. Distinto sería si lo hicieran para ir a “La bomba de Tiempo”, en la Ciudad Cultural Konex.

Al margen de los chistes malos, no entiendo a las personas que buscan roña por placer, sólo porque están aburridas. Hace un tiempo hablaba con G sobre el tema: ella me decía que le gusta discutir cuando no tiene nada que hacer. ¿El resultado? Intercambios bruscos de palabras en vano que pueden subir de tono y terminar en peleas verdaderas, y para nada entretenidas.


Tomarle el pelo a alguien, hablarle con ironía y usar un poquito de ese cinismo que mi madre no logró disolver son sólo algunos de los defectos que me encuentran las personas que no me conocen. Con mis amigos no suelo usar ninguna de esas características tan encantadoras, parece, y por eso mantengo relación con algunos desde hace 17 años.


Anoche me encabroné con S

Después de escuchar como me tomaba el pelo durante 2 horas, le pedí a S que dejara de tomarme examen, y que hablara bien, “como persona”, o me avisara así me iba. Sino hubiera sido mi pariente, no le hubiera dado a elegir.

Me hubiera ido de una porque me saturó el hecho de que jugara una y otra vez la carta de “soy gringo, 'tienes' que explicarme” sólo para ponerme a prueba y conocer qué opino de política, de la familia que tenemos en común, de lo que sea.

¿Cuál es el objeto de querer conocer el punto de vista del otro por medio de la ridiculización de sus opiniones? O de discutir de mal modo para que salgan las verdaderas intenciones, como pasó en otro caso.

Decir lo que pienso lo puedo decir siempre, no necesito la mayéutica de hojalata. Lo peor del caso es que S hace todas las veces lo mismo, y todas las veces pido a punta de sonrisa que por favor hable en serio. No entiende que no me cabe el chiste. Game over, you get it?


Trío (calentitos) los panchos

Nótese que el encabronamiento sigue. Esto es gracias a la oportuna intervención de ciertas personas que eligieron el día de hoy para tomarme de punto en cuestiones triviales, de las que me había mantenido al margen a propósito. A igual modalidad que S, misma respuesta de mi parte. En eso soy básica: a acción de mierda, reacción acorde.


El don universal

Algunas charlas son como estar en una charla entre chicos de jardín de infantes, de esos que pinchan una y otra vez a un compañerito a ver si se harta y les pega. En mi caso, tal como pasaba cuando estaba en la “salita roja”, si me ponés el palito, y lo piso, te contesto. Si no te gusta lo que escuchás, o te ofende, hubieras empezado por no molestarme.

Creo que pasa en todos lados. La pelotudez es un don universal. No tiene colores partidarios ni raza, ni siquiera nivel sociocultural. Es maravillosa en ese sentido, pero devastadora cuando exacerbada. No entiendo a la gente que machaca una y otra vez la cabeza de alguien y después se sorprende porque esa persona es agresiva al responder.

Yo lo sé porque si me hacen notar que me pasé pido disculpas y redirecciono las neuronas a otro lado del cerebro, lo más lejos posible de la ironía. Me dijeron que sino me iban a dejar de hablar, pero si una persona quiere dejar de hablarle a otra, cualquier excusa es buena. Lo mismo para entablar el diálogo de nuevo.

Hay algo que nunca hago

Nunca le tomo examen a la gente. Por eso, cuando siento que es la actitud que adopta la persona con la que estoy hablando no respondo de mí. No necesito que me tomen prueba a ver si caigo o no en los cánones del arquetipo al cual alguien cree que me parezco. A comentario irrespetuoso, respuesta acorde.

El día que Aníbal se puso la camiseta

El sábado pasado, Aníbal Fernández visitó la "Reunión de Blogueros Nac & Pop" que se realizó en Parque Patricios. Parecería que el Jefe de gabinete de la Nación aprovechó la oportunidad para mostrar su lado más distendido y humorístico, con una remera algo peculiar... ¿Jugada de marketing 2.0 o una nueva "anibalada"?



Aunque la reunión era un ámbito privado, Fernández sabía que estaría rodeado de adictos al wi fi, que de hecho se iban a reunir para hablar de política en el medio 2.0, con lo que era casi esperable que alguien hiciera alusión a su "fashion statement" (n de la a: dícese de una declaración de principios por medio de la vestimenta).

La remera tenía un estilo ácido y a la vez geek, con dos muñecos del logo de Clarín con el instrumento en el tuges y peleándose (¿o haciendo el 69?). En otro contexto es probable que nadie hubiera reparado en el diseño, pero si se considera que el funcionario estaba "entre los suyos", por ejemplo, el PJ Digital, a más de uno le parecería ingenioso, gracioso o al menos llamativo.

En una nota publicada por el diario Clarín (que al parecer todavía no tiene archivada la trompeta), se pueden apreciar algunas frases pronunciadas por Fernández entre copas durante la fiesta post reunión, por ejemplo, al opinar sobre el "Neumann - gate", cuando Nicole Neumann aseguró que habían intentado robarle de camino a Quilmes.

También incurrió en una "anibalada" al aludir la disputa gobierno - Clarín con una frase prefabricada, chistosa y subida de tono. Siempre en el ámbito privado, aunque rodeado por la poderosa red 2.0, desde donde sería muy fácil viralizarla (una acción de comunicación como tantas otras).

Las opiniones, como siempre, son tantas como las personas que opinan. Uno puede plantearse hasta qué punto el funcionario público es siempre una figura pública, o si tiene el derecho de ponerse una remera con un fashion statement y a dar su parecer con lenguaje llano en una reunión blogger.

Los comentarios de usuarios vía Twitter oscilaron entre "Aníbal, sos un impresentable" y el reconocimiento de la prerrogativa que tiene el Jefe de gabinete de vestirse como quiera y decir lo que le parezca cuando no está en la casa de gobierno.

@Maripy "No, en ningún momento, creo que el cargo supone guardar ciertas formas. Es como si el gerente de una empresa puteara públicamente."

@ilmanager "Si lo hace el conductor de "6-7-8" es una cosa pero el Jefe de gabinete, no da. Aníbal F. sos un impresentable (muñeco de Clarín con trompeta en el culo, no da)."

@andrea135 "Impresentable la remera!!!! Anibal F...con 2 muñecos con Clarín en el c.... no da!!!! Pareciera que sí...la impunidad le da para todo eso..."

@j0hn__d0e "No veo por qué no pueda o deba expresarse libremente un funcionario."

@2culosenelbidet "Sí... en la cancha"


Fernández fue a una reunión Blogger vestido con una remera provocativa, cuando la mayoría de los asistentes, sobre todo los que aluden a temas políticos en sus sitios, se identifican con el papel de comunicadores, por lo que era esperable que postearan la foto y que retwittearan el link a morir.

De alguna manera, el ministro dejó de lado sus camisas y se puso la camiseta de geeK. El detalle es que él no es un geek cualquiera, sino también un alto funcionario de gobierno.

¿Un #EpicFail o una viralización exitosa?

Bombachas

Las mujeres pueden comprar toda clase de ropa aunque no les quede bien, como remeras que se encogen al primer lavado o vestidos que resultan ser más transparentes de lo previsto. Hasta pueden llegar a juntar más pares de zapatos que Carrie Bradshaw en una temporada de Sex and the city. Pero si hay algo que nunca les va a sobrar son las bombachas.

No pienso detenerme a explicar por qué la bombacha es la más íntima dentro de toda la ropa interior que puede usar una mujer. El sentido de este post es explicar cómo una puede llegar a tener una vasta colección entre tangas, culottes, bragas y vadettinas (por cierto, odio esa palabra, pero así se le llama en las casas de lencería a las "bombachas normales").

El inventario:
  1. La bombacha de algodón negra: es práctica, cómoda y con actitud. Nada de adornos ni de encajes delicados. Es funcional a la mujer que la usa.
  2. La bombacha negra, pero de encaje. La vampiresa darkie come - hombres. ¿Ok?
  3. La bombacha rosa para Año Nuevo, porque todas alguna vez recibimos una de parte de una tía o abuela picarona.
  4. La bombacha roja. Perdón, la tanga roja. La guerrera. A las mujeres que lean esto... ¡no se hagan las que no tienen o tuvieron una! Y si nunca tuvieron... tengan.
  5. El culotte con dibujitos infantiles o estampados retro. Especial para usarlo de pijama, o para salir del paso si el jean está demasiado roto (¿?)
  6. La bombacha blanca, delicada, inmaculada. Yo la uso para ir al médico porque Mamá Chan me enseñó que hay que ir con la más discreta.
  7. La bombacha color piel es esa que se usa debajo de los vestidos de gasa semi transparente o de los pantalones blancos.
  8. La bombacha sin costuras, que suele ser de color piel para disimularla debajo de la ropa.
  9. La tanga de leopardo, porque las chicas sólo quieren divertirse, y total, no es que alguien va a verte en misa si abajo de tu recatado atuendo tenés un tigre de bengala, ¿no?
  10. El pack de bombachas de Farmacity. Antes salía $19,90 y ahora cuesta $10 más, pero sigue teniendo buen precio. Ante la necesidad...
  11. La tanga incómoda que vino con el corpiño. No da para usarla, pero estaba en el conjunto.
  12. La bombacha vieja, esa que usás por costumbre y porque al final es la más cómoda.
  13. La bombacha con adornos, encaje, colores... una fiesta bajo tus pantalones. La buena onda surge de lugares recónditos de tu ser.
  14. La tanga tipo hilo dental o conchero... No hace falta que explique, ¿no?
  15. La culotte de microtul o encaje. La onda vintage, retro o "de la abuela" también garpa.
  16. La bombacha del bikini. Sólo la parte de abajo, la de arriba igual no la usás.
  17. La braga o culotte "cola - less" (término retro si los hay), parecía muy cómoda, pero no... y quedó ahí.
  18. La bombacha del gimnasio, de esas antiestéticas color gris que vienen con los corpiños deportivos.
  19. Las "bombachitas rosas" de Las Pelotas, con todo lo que ello implica (ese estigma lleno de ilusiones impuestas y prejuicios sociales de los que una no debería hacerse cargo por el sólo hacho de usar bragas).
  20. La Bomba Chita, de Ricky Maravilla (coreen uds. solitas).
  21. La tanga de Laura, de Damas Gratis o parecido (ídem punto 20).
Las bombachas son eso: la prerrogativa de todas las mujeres para ser y usar lo que más les guste y como más les guste en ese lugar del cuerpo donde poca gente las ve, al menos en comparación con los cientos de personas con las que una se puede cruzar a diario.

Nótese el efecto de las bombachas, que provoca que haya hombres a los que, sin ser travestis, les gusta ser "cross dressers", es decir, usar indumentaria femenina, incluida la ropa interior.

El cansancio o la superpoblación de bombachas de Farmacity en mi cajón de ropa interior hacen que mi recuento llegue hasta acá. Es probable que esté dejando afuera alguna que otra especie que haya guardado en el fondo del cajón. Pueden agregarla a la lista.

Recargando... 10, 20...

Hay veces en las que el cerebro se niega a trabajar. En vez, se toma unas vacaciones siderales dentro de sus propias dimensiones.

El cuerpo humano es una máquina perfecta: funcional, precisa, bien calibrada. Nada en él está mal diseñado o librado al azar. Las proporciones están cuidadas al punto tal de que lo que falta en un lugar se contrarresta en otro (como por ejemplo, tener mala vista y buenos reflejos).

Si algo llegara a fallar dentro de la máquina, en seguida el propio organismo da señales visibles para que el alma que lo habita solucione el problema. Es más, muchas veces las propias defensas se encargan de dar batalla con un ejército de glóbulos blancos.

Y el alma ni enterada de los esfuerzos del cerebro para mantener la paz en su envase, hecho de material biodegradable. En esto tiene mucho que ver el cerebro, que es como un motor delicado pero potente, con tracción a sangre y electricidad.

He ahí un problema: hay veces que el motor pareciera necesitar una recarga de batería. Es como si durante 24 horas, la central eléctrica de toda una ciudad se apagara y dejara a oscuras a toda la población porque está haciendo tareas de mantenimiento.

La frase “fundir motores” que se aplica a los autos con la misma facilidad que a los humanos debe venir de ahí. Y creo que éste viernes fue uno de esos días “de mantenimiento” para mi cerebro. Es eso, o necesito cambiar de modelo porque este ya se fundió.

Ficha de actividad neuronal del 2 de abril de 2010:

Neuronas de la imaginación: 0 % de actividad
Neuronas creativas: 5 % y recargando
Neuronas de la actividad: 0.5% en stand by
Neuronas de la comunicación: 40 % (Largas charlas)
Neuronas de la socialización: 15 % (mucho Internet, mucho teléfono, pero no salí de casa)
Neuronas intelectuales: 20 % (bendita lectura)

La lista puede seguir, pero no tengo ganas de entrar en detalles. Me pregunto en vez cómo podría subsanar los bajos índices de imaginación y creatividad. De los otros no me voy a ocupar, porque hoy es feriado y están acorde al día.

El poco movimiento de mis neuronas de la imaginación y la creatividad, en cambio, me llaman la atención. ¿Se habrán desaceitado? ¿Por qué están tan desaceleradas? Vagas, podría decirse. Y no es sólo por el feriado, no. es una baja sostenida que se remonta a unas cuantas semanas ya. Como si fuera hora de reemplazar los fusibles.

Me pregunto si habrá alguna dosis de Soma disponible. O quizás podría buscar el teléfono de Morpheus para pedirle que me dé una de sus pastillitas... O sino, podría buscar al conejo de Alicia... seguirlo... deslizarme feliz por un agujero y preguntarle todas estas cosas a una oruga que fuma Narguile sentada en su hongo.

Es una opción.