Mafalda Chan's Blog Party: Un dia de M

Mafalda Chan's Blog Party: Un dia de M

Un dia de M

Un día de mierda. De cables pelados, a las corridas, sin tiempo para parase a pensar. Hay veces que todo lo que uno necesita es que el resto se vaya un poquito a cagar. Eso es un día de mierda. No sólo porque me quedé dormida y casi llego tarde para mi clase de canto, que encima fue un desastre, sino porque para llegar en hora tuve que evitar bañarme y por lo tanto me pasé el día puteando sobre mi pelo, terriblemente incómoda. Hasta ahí el día era suficientemente malo, pero a eso tuve que sumarle un almuerzo frugal antes de salir corriendo a la facultad para llegar casi en hora. Objetivo cumplido. Llegué al final de la tomada de lista y el profesor me puso el presente. Pero hoy, día de mierda como pocos, apenas había pasado una hora de clase cuando nos mandaron al Obelisco a cubrir la previa a la marcha de D’Elía, la marcha en contra de la marcha que organizó Blumberg en plaza de Mayo. Hubo un par de detalles positivos, como ser lo interesante de la escena y los matices que uno pueda encontrarle, aparte de encontrarme con un viejo amigo, y con un corresponsal de El Tribuno de Salta con ganas de hacer de guía. Ahí como que se me pasó un poco el mal humor y me dejé llevar por mi leve, precario y casi nulo instinto periodístico y acabé a centímetros de Pérez Esquivel, escuchando y tomando nota de sus declaraciones. Obviamente, no dijo nada nuevo, pero eso no es noticia. La cosa es que volví caminando a la facultad, que por suerte queda cerca del Obelisco, porque me había dejado la plata, las llaves y el celular en casa. Al llegar, me senté en la redacción con apenas 15 minutos para inventar una “croniquita” de 15 líneas… de más está decir que me fue imposible organizar ideas y plantear una nota con lo quemada que tenía la cabeza. Quedará para la próxima clase, y ya veré como convenzo al profesor de que acepte mi trabajo. La cuestión es que caminé a toda marcha a lo de mi sastre para buscar un pantalón que me tengo que poner este sábado. Ni me lo probé. Me sentía demasiado acalorada, incómoda y acelerada para hacerlo. Lo único que quería era pagarle al buen hombre e irme de ahí, pero eso tampoco pude hacerlo, porque en el lapso entre la redacción de la facultad y el taller del sastre había perdido los $50 que llevaba para pagarle. Después de dar vuelta tres veces mi bolso entendí que no los tenía y que sólo me estaba poniendo en ridículo. Entonces, tomé mi pantalón, di las gracias, pedí disculpas y salí corriendo. Llegué a mi casa donde estaban mamá, mi hermana y una amiga de mamá que traía la comida de esta noche para los tíos (o sea que hoy hay reunión familiar para colmo de males) y les espeté sin más consideraciones que éste era un día de mierda y me encerré en mi cuarto.

Esa gente que anda x ahi...

Hay muchas personas en esta Tierra que no merecen ni un segundo de atención, pero de todas maneras lo obtienen. Son personas egoístas, egocéntricas y por lo tanto inmaduras.

Suele ocurrir que las personas más buenas, comprensivas y pacientes de esta Tierra acaban siendo lo que ellos denominan “amigos”, pero que en realidad se asemeja a una sumisión.

Es probable que yo pertenezca de a ratos al primer grupo mencionado. Pero como todos los integrantes este grupo resulta ser que tengo la suerte de conocer a varias personas pertenecientes al segundo grupo.

A la vez, me pasa algunas veces que pertenezco al segundo grupo, sobretodo cuando estoy rodeada de ciertas personas ante las cuáles me vuelvo un ser completamente ajeno a mí misma.

La dinámica es muy sencilla: una persona egoísta necesita sí o sí de la compañía de una persona desinteresada de sí misma, generosa con su tiempo y dispuesta a donarle pedazos enteros de su vida.

Pero sólo por verlos dinámicos, alegres y sociables no se trata de chupar esa energía vital hasta que queden hechos un cascarón de humano. No por verlos atentos, cumplidores y generosos hay que abusar de tantas formas de bondad.

Tampoco es cuestión de aprovecharse de sus ocurrencias, buenas ideas o predisposición para dar consejos. Esto es lo que la gente que está siempre en el primer grupo no entiende.

Por qué habría de importarles la salud mental, sentimental o física de quienes son amigos a medias, cuerpos huecos sin voz ni voto a total disposición de su parecer. Porque SÍ. Por eso.

Y la gente que es buena de veras (esas personas se cuentan con los dedos de una mano), son las únicas que pueden cortar con la gente así. Mantener la Paz con el mundo es lo más importante, sí… pero, ¿a costa de qué?

No es propio del ser humano dejarse dominar, aplastar o absorber. Sí está en su naturaleza querer dominar, aplastar o absorber, pero no al revés.

Cuando uno se encuentra con gente egoísta, egocéntrica e inmadura hay que eliminarlos de la existencia de uno. Porque gente así sobra, pero nunca falta.

^^

Yo too me reporto, maniana la pulga y el chan se unen para conventillear^^

YEahh baby!