Cosas que me gustaban

Reírme de todo. Ironizar las situaciones más devastadoras. Cantar bajito, o no tanto, sentada en el cordón de una vereda. Salir a caminar. El sol, el cielo azul y el frío de un día de invierno. Dormir la borrachera.

El café con leche. Tu cama. La alfombra de la casa de mis abuelos. La cama colonial de su dormitorio. El jardín. Los árboles del fondo. Tener la razón. Que no me importe tenerla.

Los libros de mi abuelo. Abrazar a mi abuela. Escribir de un tirón 7 páginas de ficción. Hablar con los animales. Escuchar a mi abuelo tocar el piano. Y a mi tía abuela acordarse la letra de un tango.

La manera en que te miraba. Ir a cursar. Confiar en mí. Dar consejos gratis. Sacarle fotos a las escaleras repletas de flores, y al mismo arbolito en la orilla del lago. Cruzar la ciudad para hacer la diferencia.

Viajar en tren de larga distancia. Escuchar anécdotas de familiares memoriosos. Pasar el tiempo con mis primos más chicos. Intentar aprender un instrumento. Perdonar muy rápido. Llorar poco.

Tenerle respeto a todos los mayores. La utopía. Ver películas clásicas. Tomar un helado en invierno. Bailar. Agarrarle la mano a alguien y que no tenga otra connotación que sentir el contacto de su palma contra la mía.

Curiosamente, las cosas que me gustaban son también las que extraño.

1 comentario:

Viquita dijo...

Same fuckin place...
Solo que le agregaría: "que mi vida sea mía"