Mi madre es una científica frustrada

Otra explicación no puede haber: Mi querida madre es una científica frustrada que preferiría estar estudiando los cambios físicos y químicos de los objetos biodegradables en vez de estar haciendo compras en un supermercado.

Esta reflexión no surge de una epifanía, sino tras notar un patrón constante en la cocina de mi propia casa. Por ejemplo, el último experimento sobre la progresión de la degradación de un durazno fue exitosa, tras lo cual, una vez más, la que escribe se tuvo que comer el resultante de la experiencia.


Sí, me gustan las frutas y las verduras, y quiero que siga trayendo, pero no considero necesario que traiga un kilo de manzanas que terminarán irremediablemente en una insulsa compota con tal de no ver una colonia de gusanos progresar en la mesada de la cocina, donde está la frutera. No es que no comamos la comida, sino que compra demasiada.

Después de que mis hermanas mayores se fueron de casa, madre se sintió un poco más aliviada por no tener que hacer "la compra del gran capitán". Pero aún así, cada semana trae del supermercado suficiente comida como para alimentar a cuatro o cinco personas, y eso que somos sólo dos.

Empiezo a pensar que le tomó algún extraño interés científico a la cuestión de ver pudrirse a la fruta en la mesada y a la verdura en la heladera, de lo contrario nada más es que le gusta ver cómo se pudre la comida y listo.

No hay comentarios.: