Reflexiones de mi shisha

¿Cuánto pesan los recuerdos, las herencias familiares, los nombres, los cuentos? Amén del bagaje cultural que cada persona recolecta a lo largo de su vida, hay una cuota de información que cada uno trae pre - configurado de fábrica... ¿o no?

A veces es una bendición y otras tiene toda la pinta de ser una maldita mochila que a uno le encajan apenas llega a este mundo y queda insertado en una familia aparentemente "cualquiera" en la cual quizás nunca se encuentre cómodo en toda la vida. Me llama la atención, eso es todo.


También me llama la atención cómo algunos de nosotros somos capaces de soportar las peores cosas con tal de no perder esa conexión sanguínea, aunque se vuelva sanguinaria.

Una traición, la crítica constante, el menosprecio, una diferencia en la ideología o en el pensamiento... todo parece diluirse con el tiempo y los fantasmas que sobreviven son los del desarraigo, no los del rencor (esto lo digo en primera persona, no hablo por terceros).

Hay cosas que no se curan tan fácil, como las peleas, la falta de piedad o el maldito hábito de la crítica punzante y mal intencionada. Esas cosas es mejor dejarlas pasar... de todos modos, abundan en este mundo y no hace falta que hasta la familia de uno incurra en ellas.

Pero lo que uno es tiene que ver con el lugar del mundo y de la vida donde uno nace, entonces, ¿cómo se puede cambiar la configuración? ¿Existe algún tipo de clave maestra para "formatear" a un ser humano?

Si uno creció en una familia violenta o desarticulada, si no existió un buen ejemplo o no hubo padres que fueran atentos con sus hijos... ¿Hay que esperar a tener la familia propia para cambiar la situación o es posible reconectar los cables?

Está en manos de cada uno, en cada generación de cada familia, el volverse honesto, accesible y directo a la hora de hablar sobre el pasado. Cura.

Y si hay algo demasiado duro para perdonar, no hace falta hacérselo pagar al resto, a los que no fueron actores en la tragedia. Es cuestión de dar el tiempo para que la gente sorprenda, ilusione o decepcione, pero por sus propios méritos.

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