Motivos por los que una manzana es mejor que un tiki - taka

"¿Te puedo decir algo? De mis tetas no me han dicho mucho, pero de mi culo..."
Con V. nos pusimos de acuerdo: No seremos como la Cicciolina, pero algo nos traemos entre manos nalgas. "Y no es etéreo", agrega ella.
  1. Cuando una mujer se desarrolla y le crecen pechos grandes aparecen las primeras estrías. "Esperá a que él se ponga a jugar con ellas...", señala V. Primero son débiles marcas rosadas, que se convierten en surcos violáceos virulentos. Después de unos años, no son más que líneas blancas ("¿Líneas blancas? ¿Me estás cargando? ¡Son cicatrices! Y cuando se te ponen blancas se ten empiezan a caer las tetas!", acota V.)
  2. En cuanto se convierten en dos sacos de piel rellenos de grasa, los pechos grandes pueden desviarse, lo que origina el "síndrome del bizco", o de la "teta rotatoria", o "teta boba", según me corrige V, donde cada pezón apunta en una dirección diferente.
  3. Un exceso en el talle del corpiño provoca momentos dolorosos a la hora de estrechar el cuerpo con otra persona, en lo que puede ser un abrazo franterno, o "la pérdida de tu mejor amigo", como define V. "Si un hombre te quiere sentir las tetas te va a abrazar fuerte, sino, lo hace así", detalla mientras cruza los brazos a la altura de sus hombros. "Sino no te pueden abrazar sin que se les pare", sentencia.
  4. Las mujeres de pechos grandes, sostiene V, engordan porque no ven el crecimiento de sus panzas, o porque están limitadas a la hora de hacer ejercicio físico en un gimnasio. Ni hablar del deporte.
  5. El tener pechos grandes también implica dolor cuando la mujer está por menstruar (qué fea palabra, ¿no?). En realidad, V resume: "Dolor, dolor, dolor... cuando te viene, cuando te vas, cuando dormís boca abajo, o de costado, cuando caminás, o dolor de espalda".
  6. El talle del corpiño también implica hacer malabares a la hora de elegir un vestido de fiesta, o un atuendo adecuado para una situación social como un velorio o hasta una entrevista de trabajo. Hay que buscar el delicado equilibrio para que el gerente de turno lea el C. V. y no se fije en la figura escultural que tiene en frente. "Y que no quiera hacer el mapa cartográfico... depresiones, valles, curvas...", acota V.
  7. Oda a la redondez del culo: Siempre es real, y te lo pueden tocar donde sea. Es más fácil de modelar, y de levantar si se cae. "Además, no podés jugar al tiki - taka con una manzana", explica ella.
"Nací para ser hombre...", finaliza V, pletórica y autoconvencida.

1 comentario:

VENUS dijo...

buenisimo son unas genias!! aguanten los culos carnosos abajo las tetonas! je