Un dilema con huevos

Los griegos sostenían que la salud consistía en tener una mente sana en un cuerpo sano. Con este axioma me dispuse a hacer una ensalada de chauchas y huevo duro para la comida (un clásico). Como soy una confesa ama de casa desesperada, las chauchas fueron directo desde el freezer al microondas sin escalas. Con el huevo, en cambio, se presentó un dilema que en la vida pensé que me vería: no sé hacer un huevo duro.

Puedo preparar milanesas de ternera o de pollo, pasta, arroces condimentados, sopas y hasta algún que otro postre… pero no un huevo duro. Antes de que el abatimiento me ganara, giré mi mirada con esperanza hacia el vasto universo cibernético y hallé la respuesta en dos páginas diferentes. Sí, consulté dos para que no me quedaran dudas de que el tiempo de cocción para un huevo duro son cinco minutos.

Para mi sorpresa, la segunda página que consulté era bastante detallada, completa y clara acerca de cómo lograr diferentes tipos de huevos duros (el tema no era tan fácil, sino no habría necesidad de clasificarlos). Como quien no quiere la cosa, esta noche descubrí cómo preparar uno de los platos más simples y saca-de-apuros que existen. Y tengo la satisfacción de poder decir que sí sé como hacer un huevo duro.


Ah… y la página era:
http://www.directoalpaladar.com/2006/01/24-como-cocer-bien-los-huevos

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