La flor del olmo

"No le pidas peras al olmo", te dicen siempre que quieras torcer la naturaleza de las cosas. Y aplica para varios ámbitos, incluido el social.

Pero ojo, que siempre queda la posibilidad de pedirle al olmo lo que es propio de su naturaleza: una florcita rojiza que crece en ramilletes.

Quizás si empezáramos a pedirle a las cosas -y a las personas- aquello que sí pueden dar nos libraríamos de la frustración de no recibir peras.

La culpa, si es que hace falta encontrar a un responsable, la tiene el que tuerce la naturaleza de las cosas para saciar su deseo de que lo que es de un modo sea de otro.

Pará, Parménides. Sí, yo paro, pero a veces esperar de algo o alguien lo que no va a llegar lastima más que sufrir una pérdida o afrontar una desgracia.

Así que esta es la flor y el fruto del Olmo, lo único que el dichoso y maltratado árbol puede dar.



Nada de peras.

No hay comentarios.: