Recargando... 10, 20...

Hay veces en las que el cerebro se niega a trabajar. En vez, se toma unas vacaciones siderales dentro de sus propias dimensiones.

El cuerpo humano es una máquina perfecta: funcional, precisa, bien calibrada. Nada en él está mal diseñado o librado al azar. Las proporciones están cuidadas al punto tal de que lo que falta en un lugar se contrarresta en otro (como por ejemplo, tener mala vista y buenos reflejos).

Si algo llegara a fallar dentro de la máquina, en seguida el propio organismo da señales visibles para que el alma que lo habita solucione el problema. Es más, muchas veces las propias defensas se encargan de dar batalla con un ejército de glóbulos blancos.

Y el alma ni enterada de los esfuerzos del cerebro para mantener la paz en su envase, hecho de material biodegradable. En esto tiene mucho que ver el cerebro, que es como un motor delicado pero potente, con tracción a sangre y electricidad.

He ahí un problema: hay veces que el motor pareciera necesitar una recarga de batería. Es como si durante 24 horas, la central eléctrica de toda una ciudad se apagara y dejara a oscuras a toda la población porque está haciendo tareas de mantenimiento.

La frase “fundir motores” que se aplica a los autos con la misma facilidad que a los humanos debe venir de ahí. Y creo que éste viernes fue uno de esos días “de mantenimiento” para mi cerebro. Es eso, o necesito cambiar de modelo porque este ya se fundió.

Ficha de actividad neuronal del 2 de abril de 2010:

Neuronas de la imaginación: 0 % de actividad
Neuronas creativas: 5 % y recargando
Neuronas de la actividad: 0.5% en stand by
Neuronas de la comunicación: 40 % (Largas charlas)
Neuronas de la socialización: 15 % (mucho Internet, mucho teléfono, pero no salí de casa)
Neuronas intelectuales: 20 % (bendita lectura)

La lista puede seguir, pero no tengo ganas de entrar en detalles. Me pregunto en vez cómo podría subsanar los bajos índices de imaginación y creatividad. De los otros no me voy a ocupar, porque hoy es feriado y están acorde al día.

El poco movimiento de mis neuronas de la imaginación y la creatividad, en cambio, me llaman la atención. ¿Se habrán desaceitado? ¿Por qué están tan desaceleradas? Vagas, podría decirse. Y no es sólo por el feriado, no. es una baja sostenida que se remonta a unas cuantas semanas ya. Como si fuera hora de reemplazar los fusibles.

Me pregunto si habrá alguna dosis de Soma disponible. O quizás podría buscar el teléfono de Morpheus para pedirle que me dé una de sus pastillitas... O sino, podría buscar al conejo de Alicia... seguirlo... deslizarme feliz por un agujero y preguntarle todas estas cosas a una oruga que fuma Narguile sentada en su hongo.

Es una opción.

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