Amigos (son los amigos)

A cierta edad los amigos empiezan a hablar por uno. Sin opinar una palabra, sólo con estar, la "familia que uno elige" pasa a ser la definición de quién se es, nada más que por asociación.

De todas las faltas que uno podría cometer, la más difícil de reparar es pasarse años -hasta décadas- cerca de personas que son falsas, que usan el tiempo de uno o que no hacen el más mínimo esfuerzo por mantener una relación.

Y qué decir de los amigos "de avería", los fantasmas que no están (pero dicen estar), los que inocentemente hablan de más (porque esos son los inconvenientes de tener una lengua de 10 metros de largo), o los que son malintencionados con todo el mundo, "menos con vos, que sos mi amiga".

A cierta edad, los amigos de uno empiezan a hablar por uno. Si mantenés cierto tipo de personas cerca tuyo, que no te extrañe que otro tipo de gente prefiera mantenerse lejos.

A cierta edad, la experiencia indica que hayas aprendido a calar a la gente antes de que lleguen a morderte el rabo. Así que no hay inocencia que te valga, si después de todos estos años seguís eligiendo a tal o cual personaje es porque algo tenés en común, porque no te molestan sus faltas ni sus excesos.

Porque los compartís.

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