Te espero a la salida

"Preocupate por querer lo que tenés y tener lo que querés. Los demás están haciendo exactamente lo mismo, así que si no le ponés onda te van a sacar ventaja", espetó.

"Ay, qué linda nena que sos. Decíme, ¿las frases armadas las leíste en un sobre de azúcar o las googleaste vos solita?", subió la apuesta.

"Pero es así. Te la pasás siendo un infeliz porque la mina no te da bola y, ¿sabés qué? Con lo arrastrado que sos tampoco te la merecés", arguyó.

"Ah, bueno, Ok. O sea que vengo hasta acá a las 6 de la mañana para buscarte porque otra vez terminaste hecha mierda, vomitada, borracha y sucia, pero el arrastrado soy yo", lanzó Camilo, harto de jugar al ángel guardián desapegado y magnánimo.

"Sí. Yo por lo menos disfruté mi noche. Vos seguro te la pasaste con la guitarrita cantándole a la mina, que está a mil años luz de vos, con otro flaco, en la suya. ¿Y sabés qué? Está perfecto. Porque cuando estaba con vos era todo un desastre, ustedes no encajaban. Te hacía mal esa mina", concluyó, mientras daba tumbos por la vereda.

"El único problema que tienen los tacos altos", pensó Annie, "es que cuando tomás de más son como zancos y cuando te baja el alcohol es como si alguien te pinchara con agujas de tejer en el centro de los talones"

"Los talones...", emergió de su boca.

"¿Los qué? Jodéme que además de venir a buscarte y de escucharte te tengo que cargar...", se atajó él.

"No, digo que nada, dejá".

"Escucháme, no te quiero tratar mal, pero no me lo hacés fácil", empezó.

"Puteáme si querés. Es una forrada lo que te estoy diciendo. Pero vos podrías estar invirtiendo tu tiempo en la banda, tu laburo o lo que quieras en vez de malgastar el día pensando en lo que hubiera sido si... ¿Entendés? Podrías usar mejor tu cabeza... Y te saldrían cosas buenas a vos también. No te sentirías estancado", explicó, al tiempo que apretaba su brazo alrededor del cuello de su amigo para darle éndasis a sus palabras.

"Pero yo nunca dije que me sintiera estancado. Acaban de subirme el sueldo, me mudo de nuevo y me salió un laburo en fotografía...", reparó Camilo.

"Ah, entonces la estancada soy yo. Dejá".

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