Conciencia Social

No son pocas las veces en las que caminamos apurados, distraídos y esquivando gente por la calle. Es común que cuando estamos pensando en otra cosa no miramos donde pisamos, y entonces nos exponemos a una de las mayores desgracias que pueden pasar caminando distraído: pisar caca de perro.

Y uso la palabra "caca" para no usar el vocablo ese que ya se están imaginando. Como cuando uno pisa CACA de perro, exclama "conch'tuma', perrode... caca", o algo parecido. Y trata en vano de deshacerse de los residuos caninos y del olor que impregna el calzado.

Mientras tiramos a la basura los zapatos arruinados, es normal que surja la siguiente reflexión: no hay que culpar al perro sino al animal que lo saca a pasear. "Conciencia social", me dice V. Ella sabe del tema porque tiene perro y los que tienen perro deben levantar "lo que dejan" sus mascotitas.

Pero además, el comentario viene a colación porque, caminando por la siempre bulliciosa Avenida Corrientes, vemos un espectáculo inesperado: la dueña hacía las veces de pelela mientras interceptaba el sorete de su perro caniche antes de que tocara la baldosa.

"Eso es conciencia social", me dice V. Pero yo creo que eso es desagradable. La conciencia social bien se puede tener después de que haya sido depositado el--- en fin. No hace falta "atraparlo al vuelo".

"Por lo menos tenía puestos guantes", argumenta V. Sí, también usó una serilleta o cosa parecida para envolver el "paquetito" y tirarlo, ¿pero eso qué tiene que ver? De todas maneras, aplaudo la onciencia social de esa señora, a quien no se le cayeron los anillos a la hora de sostener la... conciencia social... de su perro.

1 comentario:

Asi No dijo...

Se viene... se viene